LA TEMPORADA DE CODORNIZ COMIENZA EL 20 DE AGOSTO EN GALICIA

             

OCHO DIAS DE GLORIA ESPERAN A LOS CODORNICEROS

La pasada campaña se capturaron más de 12.000 ejemplares

Santiago.- Por Merchy BREA

Cuando el mes de agosto toca a su fin y el verano comienza a agonizar, llega la “mini” temporada de la llamada “media veda gallega”. Una estación venatoria que comenzará en lo que a Galicia se refiere, el día 20 de agosto y concluirá el 11 de septiembre. Una etapa que nada tiene que ver con la del resto de España ya que aquí únicamente cuenta con ocho días hábiles (cuatro fines semana seguidos) y sólo se puede practicar la caza de la codorniz, la paloma y la tórtola en aquellos terrenos cinegéticos ubicados en la desecada Laguna de Antela. Concretamente en los nueve acotados que se asientan en los municipios ourensanos de Rairíz, de Veiga, Vilar de Santos, Sarreaus, Xinzo, Vilar de Barrio, Trasmiras, Porqueira, Xunqueira de Ambía y Sandiás.

En todo caso, las restricciones van mucho más allá, pues en cada jornada hábil el número de armas queda limitado a 15 escopetas por cuartel (hay un total de 13 cuarteles) y el número de capturas está fijado en 12 codornices, dos torcaces y otras tantos tórtolas por cazador y día. También debe tenerse en cuenta, que  sólo se puede cazar cuatro horas por la mañana y otras tantas por la tarde, y que los grupos no pueden superar las cuatro escopetas ni ser menos de dos los cazadores. Los precios que suelen cobrarse en los “tecores” (cotos) de referencia es de cien euros por persona y cacería. 

  

De todas formas, la comarca la de la Limia ourensana es una privilegiada en esto de la codorniz, tal así, que son muchos los cazadores que opinan que hoy en día es donde se obtienen las mejores perchas de “africanas” de España. Una afirmación que está avalada por el hecho de que cada temporada son más los “emigrantes cinegéticos” de la Península que solicitan el correspondiente permiso para  poder cazar esta migratoria en unas tierras que en su día acogieron el lago más grande de España.

El pasado año no quisimos perdenos el estreno que es, por cierto,  cuando más impaciencia hay en el colectivo y cuando más tiros se fallan. Y nos fuimos hasta el coto de Sandiás, el mejor de los nueve, según los muestreos efectuados por personal de la Xunta de Galicia. Una desveda calurosa a más no poder (a las ocho de la mañana  ya marcaba el barómetro los 15º, subiendo el mercurio hasta alcanzar los 35º a primeras horas de la tarde),  amaneciendo la campiña sin pizca de escarcha que anunciaba una duro día para perros y cazadores…, y así fue. Sin embargo, a pesar del imperante calor, de la poca preparación de los canes y de los nervios (factores que pesaron como losas a la hora de analizar los resultados),  fueron bastantes los que a mediodía habían alcanzado meter al morral  el cupo de las “12”, mientras a última hora de la tarde eran contados los que no  habían hecho el pleno

Desde luego que codorniz hubo el pasado año (este dicen que hay más) y así  lo constataron los cazadores de Galicia, León, Zamora, Pamplona, Madrid, Salamanca, Portugal… que patearon aquellos terrenos a lo largo de la campaña, en la que la suma de capturas alcanzó las 12.000 piezas. Unos resultados que vienen a confirmar la buena salud de que goza esta gallinácea en la Limia ourensá..

Los perros con más representación en la caza de esta migratoria son el pointer, braco alemán, el setter, el epagneul bretón e incluso el podenco portugués. Sin duda, el mejor de todos, ya se sabe, es aquel que caza mucho y bien.  En cuanto a los terrenos más solicitados, según el guarda José Mª Fernández, además de los de  Sandiás, son los de Trasmiras, Xinzo y Sarreus, por este orden, sobresaliendo el cuartel de “San Vitorio”.

Tocante a escopetas tenemos variedad, siendo el choque de tres estrellas para el primer tiro y de dos estrellas para el segundo, los más empleados. Mientras para las semiautomática los de cuatro estrellas son los elegidos, hablándose mucho de la suficiencia del calibre 20. Una amplia oferta con la que también nos encontramos en cartuchos, aunque para esta especialidad es conveniente usarlos suaves, que no vayan más allá de los 30 gramos y de novena o décima a poder ser.

Y hablando de caza tenemos que referirnos por fuerza a la gastronomía de la zona, que, al igual que en todo Galicia, A Limia es todo paraíso culinario, encontrándonos con cantidad de hoteles, restaurantes y casas de comidas que nos harán disfrutar con sus guisos. Sin embargo, yo les recomendaría “Casa do Fidalgo”, en Zadacós (Sandiás), una casa rural, refugio de cazadores que ejercen por aquellos pagos, cuyo dueño, Penín, cazador él  también, siempre monta unas interesantes tertulias en las que se habla de todo un poco, pero que casi siempre terminan con inalcanzables capturas e increíbles perchas.