jueves, 15 de septiembre de 2011

LA TIRANIA DE LOS MEDIOCRES

 NO PODEMOS PERMITIR QUE EN UN DEPORTE DE CABALLEROS SEAN LOS NECIOS LOS QUE LLEVEN LA VOZ CANTANTE

Existen múltiples y variadas manifestaciones cinegético-deportivas a modo de pruebas, bien sea de perros, tiro, caza, mixtas, etc. Cada una de ellas con un reglamento específico. Creadas y tuteladas por distintos estamentos. Estas competiciones se crearon con el fin: de la selección y mejora de los perros de caza. Hubo una evolución dispar desde su creación, adaptándose a los requerimientos de cada época. Continuando algunas con el mismo espíritu inicial, tal como Caza Práctica que continua siendo una modalidad donde se valoran y premian los ejemplares más destacados de perros de caza. Convirtiéndose otras como por ejemplo los Recorridos de Caza, en una disciplina deportiva de alto nivel, donde en términos generales, sus mejores representantes nada tienen que ver ya con la caza. Y como último  ejemplo las pruebas de San Huberto, que no teniendo valor selectivo alguno, si que amenizan la parada de veda, promueven la deportividad y la correcta utilización de las razas de perros de caza, ya sean levantadores o perros de muestra.

 En toda actividad competitiva, los organizadores o estamentos que las promueven, deben velar por la limpieza y justicia en los resultados. No cediendo  a ningún grupo de presión externo o interno, que pueda desvirtuar el resultado de las mismas. Incluso suspendiendo temporal o definitivamente el desarrollo de éstas, mientras no puedan garantizar, que el orden de méritos resultantes reflejen la correcta aplicación de los reglamentos de cada modalidad deportiva.

Pueden existir “lobbys” de presión que4 por distintos medios, quieran imponerse e influir en los resultados obtenidos, descalificando y desacreditando el orden de meritos establecido por los jueces, cuando no son ellos los vencedores. Las tácticas utilizadas por estos grupos son entre otras: la mentira y la distorsión de la realidad acaecida en la prueba en cuestión, sustituyendo la visión –acertada o no de los jueces- como suya propia, sin duda imbuida por sus “intereses particulares”, menospreciando así los logros conseguidos por sus colegas de partida.  Promueven el descrédito a Jueces que en su condición de seres humanos pueden acertar o equivocarse pero que en general son imparciales salvo muy pocos corruptos (que desgraciadamente existen), que a cambio de presiones o prebendas impuestas por esto “lobbys”, valoran a los integrantes del grupo, no por el trabajo realizado ese día en el campo de pruebas, sino por pobres y lamentables intereses. Así como actos de presión a los organizadores mediante el boicot de asistencia crecidos por ser parte importante del planché. Consiguiendo con ello mermar el animo del colectivo al comprobar que en más ocasiones de las deseables, se impone la “Ley de los Mediocres”.


Es por lo tanto deber de todos fomentar la deportividad y el juego limpio, tanto dentro como fuera de la cancha. No cediendo la mayoría al chantaje de unos pocos, que por no ser capaces por si mismos de lograr resultados destacados acuden al descrédito general y de los que con su esfuerzo consiguen lo que ellos no son capaces. Hacen mucho ruido, pero son un ínfima minoría al lado de los deportistas de bien, que muchas veces por  no “meterse” en líos, les callan y parece que asienten.

          No podemos permitir que en un deporte de caballeros sean los necios los que lleven la voz cantante.
        
Antonio González

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